Habiendo dormido poco más de cinco horas (había trabajo por
hacer), me encaro a la mañana con energía. En cierto modo RENFE me la desgasta,
parece ser que han decidido tomar el retraso como rutina, si es que no estaba
decidido ya. La negligencia asumida de este glorioso medio de transporte, me
obliga a sudar la gota gorda para llegar a una película en los créditos, en la
parte alta del principal (olvidar la rodillas, no hay dolor, sólo cine, ...
leer más...