Empezamos el domingo de todos los santos con una ñoñería muy
mágica. Muñequitos, una tienda de fantasía... Se trata de un corto llamado Alma, que aunque está bien animado,
aburre desde el segundo 1. Precisamente es un muy buen precedente de lo que se
avecina con Número 9, donde han
decidido que lo bonito está por encima de lo interesante. Lo que debería ser un
corto (y en principio lo fue) nunca debió alargarse, se trata de un argumento
cíclico repleto de tópicos apocalípticos. Eso sí, visualmente es una joyita
imaginativa.
A comer unos huesos de santo, como manda la traidicón y
luego Pandorum se coloca en cabeza en
mi valoración personal (ya veremos en el cuadro de votaciones si también).
Repleta de defectos pero también de cosas buenas. Nos es una gran película,
no deja de ser un revoltijo de cosas que ya hemos visto, pero es lo mejor de la semana hasta ahora. La presenta Christian Alvart, su director, que dice estar encantado de volver a la semana. El corto anterior, Paix sur la terre, es tan lento e intelectualoide que el público de
la semana se abalanza sobre él. Una curiosidad.
Terminamos la noche con un corto tan aburrido como
insignificante, Flourtown, y con una de las revelaciones del año, Paranormal Activity, la nueva bruja de
Blair, por decirlo así. Por mucho empeño que pusiera Angel Sala (director del
festival de Sitges) para presentarla como aterradora, el público de la semana
la destroza y acaba(mos) pateando, sin duda a causa de su calculada
provocación. Hay a quien le gusta. La verdad es que quizá vista en el salón de
tu casa, por la noche podría tener su punto, pero no más que cualquier
reportaje de Iker Jiménez.
Sin ser un gran nivel, ha mejorado bastante del día
anterior.