"Estoy convencido de que de aquí a unos años, cuando las salas de cine estén preparadas, toda la animación será en 3D". Quien lo dice es John Lasseter, recién llegado a Cannes con Up debajo del brazo. Quienes ya han podido verla hoy en Cannes (el pase estrella será esta misma noche) señalan referentes como Chaplin y, tal como ocurría con Wall-E o Ratatouille, reconocen que la "vanguardista" Pixar recurre una vez más a los clásicos para dar forma a su nueva apuesta.
Sin embargo, casi más ha maravillado el uso de las tres dimensiones en una película que se esperaba menos sorprendente técnicamente que su predecesora. "Queremos que la profundidad funcione como un elemento más, como el color o la fotografía", declara Pete Docter, director de la película.
El filme se ha pasado en Cannes en una pantalla con tecnología 3D, algo que en USA se podrá hacer en 2.000 salas, más o menos la misma cantidad que en el resto del mundo, lo cual va a obligar a la gran mayoría del público potencial de Up a disfrutarla en formato convencional. Por el camino, eso sí, llegan más películas con intención de explotar estas nuevas tecnologías; es el caso de Avatar, de James Cameron.