Después de una jornada muy satisfactoria del viernes, me encuentro con un día de decepciones –algunas de ellas extracinematográaficas, como es el quedarme fuera de Night Moves de Kelly Reichardt (por mi propia negligencia, todo hay que decirlo).
Empiezo el día con Child of God, de James Franco. Quiere ser provocadora, quiere ser muy folk, muy América profunda, paleta y con banjo. Y hay que reconocer que lo es, y que refleja bien ese mundo tan propio de Cormac McCarthy (se basa en una novela corta de este autor). Pero también tiene provocación barata, fácil. Y se excede con un personaje principal sobreactuado hasta límites insospechados, como si fuera un ejercicio del Actors Studio. Hay mucha energía en la película pero no está bien canalizada.
Después llega The Wind Rises, la esperada última pelícua de Miyazaki. Y claro que es bonita, elegante, y no es para nada una mala película. Sin embargo, no considero que esté a la altura de otros títulos del maestro. Considero que está encorsetada por una pose de (dudosa) madurez y sobriedad que no permite al genio explayarse en sus capacidades visuales. Además, su guión amaga más que acierta y no termina de centrarse. Es bonita sí, pero eso es lo mínimo que se puede esperar. Es como decir que War Horse está bien rodada. Para terminar, dejo una pregunta en el aire: si esta fuera una película de imagen real, ¿no estaríamos escuchando ya eso de "biopic al uso"?