Ayer por fin tuvimos al gran Nicolas Cage. Venía presentando Joe, de David Gordon Green. Una película con toda la sordidez del gótico sureño: la América profunda donde la vida no vale nada. Cage está muy a la altura con una interpretación intensa en la que, por supuesto, nos regala alguno de sus grandes momentos de histrionimo.
En la rueda de prensa deja claro su concepto de la interpretación: no quiere actuar, quiere ser. Y lo cierto es que viéndole ahí sentado, sobreactuando al reflexionar y con una capa grotesca de maquillaje, uno se da cuenta de que no puede dejar de "ser". Sabe evitar las preguntas que no le interesan con educada firmeza. Nos habla de Outcast, una película que rodará en China en tan solo 3 semanas y ante la pregunta de qué es lo que le interesa del cine chino, responde simplemente "es bueno.". Aunque también termina ensalzando la comida de los rodajes.
Firmando autógrafos como loco.
Pero no todo ha sido Nicolas Cage. He podido ver una de las películas que más está sonando, The Police Officer's Wife. Dura tres horas y se podría recortar hasta la saciedad. Estoy un poco harto de este cine que no cubre de momentos de pura rutina para que cuando llega el punto fuerte nos impacte más. Dicho esto, es una película con instantes de lucidez verdaderamente brillantes. Merece algún premio.
El director de The Police Officer's Wife con las jóvenes actrices.
Wolf Creek 2 fue mi desayuno de vísceras. Tenemos la clásica secuela de slasher con un villano ya desatado desde el principio, humor negro y muchísimas licencias. El director insiste en incluir el rótulo de hechos reales, lo cual resulta ya ridículo. Se hace entretenida y tiene algunos momentos divertidos y otros deliciosamente desagradables.
Y para terminar, la última película de Lukas Moodison, We are the best. Una historia simpática que reivindica la esencia punk a través de las andanzas de un grupo de niñas. Las actrices tienen mucha chispa y la comedia un buen ritmo. No está nada mal.
La lujosa Sala Grande