El festival de Cannes, como siempre
viene cargado de nombres conocidos. Sin embargo, este año, a priori
es difícil encontrar bombazos como los que tuvimos el año pasado
(Holy Motors, Moonrise Kingdom...). Aún así, tenemos unas cuantas películas que vale la pena repasar.
Los títulos más jugosos
Only God Forgives
La
nueva película del director de Drive, Nicolas Winding
Refn, con Ryan Gosling de nuevo, promete ser un nuevo
derroche de plasticidad, de carisma, de estética pop, de color de
neón y otra clásica historia de vengador silencioso envuelta en la
estética más posmoderna. El mayor peligro puede estar en que repita
demasiado la fórmula.
Jimmy Picard
Arnaud Desplechin es uno de los
niños mimados de la crítica más exquisita. Tiene un estilo
personal, diferente y una gran concepción del ritmo que aplica de
una manera inesperada para el tipo de géneros que maneja. Ahora se
pasa al inglés y trabaja con Benicio del Toro de
protagonista. Repite con él, Mathieu Amalric. Cuenta una
historia extraña, real, sucedida tras la segunda guerra mundial. La
clave es que su tratamiento será sin duda, inusual.
Le passé
Después de deslumbrar con su afinado
realismo en Nader y Simin, Arghar Farhadi vuelve con
esta historia de una pareja de diferentes orígenes. Seguro que
vuelve a poner el énfasis en los puntos clave y nos regala otra
historia creíble, emotiva y sin un momento de descanso. La pareja
está compuesta por Bérénice Bejo, la chica de The Artist;
y Tahar Rahim, el
protagonista de Un profeta. Tiene buenas cartas y sabe jugar,
veremos qué tal le va.
Jeune et Jolie
Con François Ozon nunca se
sabe, pues aunque es uno de los cineastas franceses más interesantes
del momento, es capaz también de lo peor. Quiero apostar a su favor
en esta ocasión, con una película intimista, sensual, oscura y
sórdida. Segmentada de alguna manera en cuatro partes. Protagonizada
por una actriz muy joven con poca carrera, Marine Vacth, que
seguro que pronto dará que hablar. Charlotte Rampling también
en el reparto.
Grandes cineastas que ofrecerán un buen resultado
Nebraska
Me fío siempre de Alexander Payne (Entre Copas, Los descendientes) y más, si como en este caso,
trabaja con un tipo de película muy a su medida: un viaje físico y
espiritual. Confío en que vuelva a deconstruir un argumento
convencional a fuerza de remarcar los hitos supuestamente
anticlimáticos. Eso sí, no creo que nos sorprenda a estas alturas.
Inside Llewyn Davis
Los Coen son una garantía de calidad.
Su nivel mínimo es aceptable y su máximo es de obra maestra. Me
temo que aquí tendremos una obra muy sólida, de estética impecable
y muy centrada en una ambientación musical folk retro exquisita,
pero carente de la energía que podrían ofrecer estos hermanos. Una
buena película quizá falta de la rebeldía y la mala leche marca de
la casa. Lo más llamativo es Justin Timberlake de secundario.
John Goodman en su salsa.
Soshite chichi ni naru
Hirokazu Koreeda es otro de esos
directores que raramente tropieza. Lo ha demostrado en varias
ocasiones en el Zinemaldi con películas como Still Walking o
Kiseki. Con esta película vuelve a tratar la cuestión de la
familia. Dilemas éticos, filosofía de vida y demás cuestiones que
maneja tan bien, con calma pero sin tiempos muertos.
Venus in fur
¿Qué se puede decir de Roman
Polanski a estas alturas? Viene con otra adaptación de una obra
de teatro, como la anterior, Un dios salvaje. Ahora le ha dado
por ahí. Dos intérpretes: Emmanuelle Seigner, con quien ya
ha trabajado varias veces; y Mathieu Amalric que hace así
doblete en Cannes. Seguramente una película correcta y muy sencilla,
con todo el foco puesto en sus actores.
Los irregulares
Behind the Candelabra
Steven Soderbergh puede estar
afinadísimo o puede caer en bazofias como Efectos secundarios. Aquí
lo tiene más o menos fácil, con una biografía real del pianista
Liberace, todo un ejemplo de explosión gay deluxe, con brillos y
estilo fashion. Lo bueno es que esto dará la posibilidad al director
de trabajar la coherencia estética, que es su fuerte, y tendremos a
Michael Douglas y Matt Damon caracterizados de forma
estrambótica. Lo malo es el guionista, Richard LaGravenese, que
viene de hacer despropósitos como Agua para elefantes o
Hermosas criaturas.
El gran gatsby
Baz Luhrmann nos dará su visión
grandiosa de este clásico de la literatura. Le salió bien en Moulin
Rouge, pero ahora mismo no es garantía de nada. Me temo que
resultará una película pasable. Es la encargada de inaugurar la
sección oficial. Leonardo DiCaprio como protagonista
absoluto. Tenemos también a la muy de moda Carey Mulligan que
está en dos películas en Cannes (también en la de los Coen).
Wara no tate
El gran Takashi Miike se dedica
a hacer dos o tres películas por año y en su mayoría es basura. Es
verdad que tiene un par te títulos impecables en su absurdamente
extensa filmografía y es de suponer que si Cannes le ha seleccionado
(y no la semana de terror de San Sebastián) es porque esta es una de
las buenas. Pinta extraña, con un argumento policiaco, habrá que
ver qué han visto los seleccionadores en ella. Sorpresa, sorpresa.
No son santos de mi devoción
The immigrant
A muchos les habrá ilusionado ver el
nombre de James Gray entre los participantes de este año.
Personalmente me parece uno de los autores más sobrevalorados.
Aunque es un buen realizador, y consigue unas interesantes atmósferas
de cine negro, no considero que sea un buen guionista. Veremos qué
tal le va con una historia que se escapa un poco de sus géneros
habituales. Considero que esto ya fue un desastre en Two lovers.
Veremos.
La grande bellezza
Paolo Sorrentino es otro director que
no me interesa nada, pero que no puedo dejar de comentar pues tiene
su bien nutrido grupo de defensores. Lo que está claro es que tiene
un estilo propio y que sus películas tienen un tono diferente. Ahora
toca una oda a Roma.
Sin clasificar
Michael Kohlhaas
Por último quiero hablar de esta
película que cuenta con algunos de los actores europeos más
interesantes del momento. Su protagonista es el danés Mads
Mikkelsen, al que hemos visto lucirse recientemente en La caza,
un animal de la interpretación. El suizo Bruno Ganz, el inmenso
Hitler de El hundimiento. El francés Denis Levant, intenso
multiprotagonista de Holy Motors. Y el español Sergi López, que
siempre actúa mejor fuera de España. En una película de época,
adaptación de una novela adelantada a su tiempo, escrita en el siglo
XIX (aunque la acción transcurre en el XVI), dirigida por un
realizador sin demasiados trabajos previos, y que sin embargo ha
conseguido este equipo internacional. Atención a esta película.