La nueva película del veterano realizador Wim Wenders, Palermo shooting, no ha podido tener peor acogida en el Festival de Cine de Cannes. No sólo la película ha sido abucheada al unísono por toda la crítica especializada, sino que incluso durante la proyección se han ido escuchando risas que han terminado por ridiculizar la película.
Wenders, además, ha dedicado su film a Antonioni e Ingmar Bergman, algo que ha provocado el enfado de la crítica más vetusta, que le ha pedido cuentas en la posterior rueda de prensa. Wenders se ha justificado explicando la influencia de ambos en su película y recordando que los dos clásicos directores fallecieron mientras él rodaba Palermo shooting.
Por lo demás, la crítica se ha ensañado también con Campino, cantante alemán que Wenders ha elegido como protagonista del film. El artista germano se lo ha tomado con humor, cuando menos, y ha señalado que "después de mi mediocre carrera como cantante, inicio aquí mi mediocre carrera como actor".
Dennis Hopper, otro de los actores de la cinta, ha provocado el mayor número de carcajadas durante la proyección, por culpa del "ridículo" papel que le ha dado Wenders según señala la prensa internacional.
Ahora es el turno del Jurado, que tendrá que decidir qué película se lleva la Palma de Oro en una edición interesante pero ni mucho menos sobresaliente.