State of play es uno de los proyectos fuertes de la Universal. En tiempos difíciles para Hollywood, los proyectos ya atados y con guión cerrado tienen un valor doble, debido a que muchas otros rodajes previstos están ahora en la cuerda floja por culpa de la huelga de guionistas. Sin embargo, State of play también empieza a tambalearse, aunque en este caso por la espantada de su gran estrella, Brad Pitt.
Pitt no sólo iba a ser el protagonista de la película, si no que había sido su gran impulsor. El actor llevaba un año y medio trabajando en el proyecto (basado en una teleserie británica) junto con el estudio, el cual le había concendido (por contrato) voz y voto a la hora de decidir quién sería el director, quiénes trabajarían en el guión y qué otros actores le acompañarían en el reparto. Entre los elegidos, Edward Norton (con el que ya había trabajado en El club de la lucha).
Hasta aquí todo bien. El problema ha sido que, en lugar de comenzar a rodar en las fechas previstas (este mes deberían estar filmando, ya), el rodaje se retrasó debido a las diferencias artísticas entre Pitt y el director escogido, Kevin McDonald (responsable de El último rey de Escocia). El debate entre ambos se ha extendido a lo largo de varias reuniones que, al parecer, finalmente no han llegado a buen puerto.
La decisión final del actor ha sido dejar la película. Esto ha sentado fatal a la Universal, que pide una indemnización y que incluso asegura que podría llevar a juicio a Pitt si el proyecto, finalmente, no sale adelante. De momento a él parecen no importarle demasiado estas amenazas. El estudio busca ya un sustituto, con el que poder empezar a rodar cuanto antes.