La inauguración el año pasado de la primera edición de la Festa de Roma dejaba claro que la apuesta de la ciudad capitolina ante el afianzadísimo Festival de Venecia era clara: conseguir a las más conocidas estrellas de Hollywood para ir dando algo de relumbrón a la cita romana, ante la mayor calidad competitiva de la muestra veneciana.
Sin embargo, esa primera apuesta, obra del por entonces alcalde Walter Veltroni, puede irse a pique. El nuevo primer edil romano, el postfascista Gianni Alemanno ha decidido vetar a las estrellas de Hollywood que ya visitaron Roma el año pasado, por manifestar entonces su apoyo público a la labor de Veltroni.
Así, George Clooney, Brad Pitt, Nicole Kidman y Leonardo Di Caprio, cuatro de las vacas sagradas del firmamento hollywoodiense, tienen las puertas cerradas en la Festa romana. El certamen lastra de esta manera el que podría ser su punto fuerte ante la Mostra de Venecia, ya que el veto a estos actores revertirá a buen seguro en una ausencia casi segura de toda estrella norteamericana.
Para colmo, Alemanno parece convencido de su decisión y ha asegurado que quiere en Roma menos cine estadounidense y, sobre todo, "más cine italiano". Con la grave crisis que la cinematografía transalpina atraviesa recientemente, se antoja complicado que la Festa de Roma pueda levantar el vuelo buscando calidad en el cine patrio.