La presencia de Rachel Weisz y Alejandro Amenábar en Cannes eclipsó ayer domingo a absolutamente todo lo demás, incluída la Sección Oficial. Y eso que llegaba otro de los títulos interesantes: Vengeance, la nueva película de Johnnie To.
Este film llegaba con el interés añadido para el público francés de la presencia como protagonista de Johnny Halliday, el célebre rockero galo. En el film de To, Hallyday afronta la interpretación del clásico personaje "corriente" metido por las circunstancias en una violenta venganza personal.
La nacionalidad francesa del protagonista no es casual; el propio To reconoció que el personaje se escribió pensando en Alain Delon, y que su gran inspiración fue el realizador Jean-Pierre Melville.
Las primeras reseñas críticas desde la Croisette inciden en el deslumbrante trabajo estético desarrollado por To -algo que por otra parte se esperaba- pero no consideran la película un título ni novedoso ni merecedor de figurar en el palmarés final del certamen.
La jornada de ayer sirvió también para que se proyectase otra cinta a concurso, Kinatay, del filipino Brillante Mendoza, que presentaba a través de su trabajo su particular visión de la violencia y la corrupción humanas. Mientras que un sector de la crítica la sitúa como posible candidata al palmarés, otros subrayan lo vacuo y "tedioso" de su mensaje.