El Festival de Cine de Cannes ha quedado oficialmente inaugurado con la proyección del nuevo trabajo del veterano Ridley Scott, que no para: Ahora es el turno de Robin Hood, en una versión de pura pelea, "barro y acción".
El pase ha finalizado con escuetos y fríos aplausos, y en general sin quejas pero con amplia indiferencia.
La prensa desplazada a la Croisette estaba más bien interesada en el cara a cara con Russell Crowe y Cate Blanchett, ya en rueda de prensa (y con la ausencia, por lesión física, de Scott). De hecho, pronto se le preguntó a Crowe a quién "atacaría", hoy día, un actualizado Robin Hood. Crowe, siempre dispuesto a dar pelea, aseguró que muchos opinarían que debería ir "a por Wall Street, pero yo iría a por ustedes. El verdadero poder está en la manipulación de la información".
Con Robin Hood queda oficialmente inaugurado un certamen que, en su 63ª edición, ya ha abierto con polémica antes incluso de la primera proyección.