Tenía que suceder. Del imprevisible Lars Von Trier se podía esperar cualquier cosa menos convencionalismos. Y así ha sido. El primer pase ante la prensa de Antichrist ha provocado un auténtico terremoto de respuestas dispares, que pasan por la risa, el aplauso entregado de un pequeño sector, o el abucheo final de parte de la platea.
Con Antichrist Von Trier ofrecía en Cannes una cinta de terror protagonizada por los rostros tan particulares de Willem Dafoe y Charlotte Gainsbourg. Salvo excepciones, la reacción general ha sido negativa, y algunos medios ya plantean que la organización del certamen jamás debió admitir a concurso el film.
"Ofensivo" es otro de los adjetivos que más comienzan a escucharse. Von Trier, por su parte, responde con tinte particularmente orgulloso a estas primeras críticas: "No hay excusas, creo absolutamente en la película", asegura, además de añadir sin remilgos que es el trabajo "más importante" de su carrera. Un trabajo que llega cargado "de sexo y sangre" y, ahora, de la primera gran polémica de esta edición del festival.