Se ha acabado otra edición del festival de San Sebastián y ya la echamos de menos. No ha sido ni la mejor ni la peor edición. Ha tenido luces y sombras. Aquí va mi repaso.
Cada vez es más descarado el truco del festival de San Sebastián de poner lo interesante en la primera mitad. En el ecuador del festival habíamos visto ya un buen número de títulos reseñables, tanto en sección oficial como fuera de ella. El problema es que la recta final ha sido un largo camino de relleno y desinterés. Con todo, prefiero un festival mitad bueno y mitad malo, que uno regular en su conjunto.
Dos títulos muy por encima del resto. Evolution, de Lucile Hadzihalilovic, que en mi opinión supera con creces su anterior trabajo. Una atmósfera malsana que te absorbe. Una apuesta atrevida, muy críptica, con varias lecturas. Se ha llevado dos merecidos premios, el de fotografía y el premio especial del jurado. Mi favorita. En segundo lugar, High-Rise de Ben Wheatley. que no se ha llevado nada y que no ha convencido a toda la prensa. Creo que no somos conscientes de lo importante que es haber tenido el trabajo más ambicioso de Wheatley, uno de los más prometedores directores de la nueva ola británica. Seguramente, dentro de unos años se recordará como un logro. Es una película bastante arriesgada por sus elipsis, y por su falta de concesiones, pero su dirección es brillante, su caos envolvente y a su fondo vale la pena darle un par de vueltas. Mi crítica de High-Rise.
Otra película de la oficial que me ha resultado bastante interesante es Eva no duerme. Una manera original de acercarse a una figura tan emblemática como la de Evita. Bastante calado en su reflexión política y una mirada lúcida a lo que representa el símbolo, por encima de la persona. También una desmitificación mundana, con cierto regusto transgresor. Mi crítica de Eva no duerme. Menos original, pero emotiva, y llena de momentos es Truman. Bien por el premio ex eaquo para Darín y Cámara, porque ambos hacen un trabajo muy fino. Y aquí mi crítica.
En cuanto a la ganadora de la concha de oro, Sparrows, lo cierto es que ni me había molestado en escribir la crítica. Ni siquiera la he comentado en el videoblog. Es una película que hemos visto mil veces en el festival, más en Nuevos Directores. No aporta prácticamente nada, salvo la recta final que, para colmo, no encaja demasiado bien con el resto de la película. Se entiende al saber que esta parte final viene de un corto del director y todo lo anterior es, sí, relleno. Al jurado le ha gustado.
No voy a perder el tiempo comentando las peores películas de la sección, pero sí elijo como muestra Freeheld. Un telefilm en toda regla, que replica unos hechos reales de forma panfletaria y sin atisbos de talento narrativo. Es una comedia involuntaria que, afortunadamente, tiene a Steve Carell en su segunda mitad, convirtiéndola así en una comedia explícita. Comprendo que se quisiera tener a Julianne Moore, pero títulos como estos rebajan la sección oficial. En el pase de prensa recibió dos largos aplausos. También ha habido otros títulos que no me han gustado nada pero que comprendo que tienen un lugar en la sección, como la alargada Un dia perfecte per volar, de Marc Recha. Me hubiera gustado ver alguna que prometía, pero no me ha dado la agenda para todo.
Va llegando el momento de hacer menos distinciones entre Perlas y Horizontes Latinos, teniendo en cuenta lo premiadas que han llegado este año las de la sección latinoamericana. Lo cierto es que El Club, de Pablo Larraín, es una de las mejores películas que se han visto y estaba en Horizontes. Incómoda, difícil de ver (literalmente) y al mismo tiempo hipnótica. Larraín consigue crear otra vez una coherencia estética del defecto. Otra interesante, por su tono truculento y su poso es Desde allá, que también venía en Horizontes, a pesar de ser la triunfadora de Venecia. También de Venecia, pero esta vez en Perlas, la última película de Charlie Kaufman, Anomalisa, que ha sido lo mejor que se ha visto en esta edición. Buenas ideas para contar una historia muy cotidiana. Por cierto, Kaufman estuvo dando una charla para estudiantes de cine y fue muy interesante. Mi crítica de Anomalisa. Otra película destacable, principalmente por su forma, es Son of Saul. Nos han hablado muchas veces de los campos de exterminio, pero no tan en primera persona como en este caso. Contento también con que la nueva de Woody Allen, Irrational Man, sea una de las buenas. Mi crítica.
No le quiero dar más importancia que la que tiene, pero lo cierto es que es clave para tener presencia mediática y para asegurar patrocinadores. Ha sido un año de pocas estrellas. Algunos guapos bien conocidos por la juventud, como Luke Evans, Tom Hiddelston y Sienna Miller, que vinieron con High-Rise (definitivamente una opción redonda para el festival). Ellen Page, por Freeheld, Benicio del Toro, por Sicario. Muchos rostros españoles y la verdad, poco más. El premio Donostia para Emily Watson ha sido decepcionante. Tan mal estaba la cosa que tuvo que aparecer un Robert de Niro falso a dar la nota. A ver si el año que viene va mejor. De momento, Rebordinos ya ha dicho que tienen casi cerrado el premio para una estrella, que no será de Hollywood pero sí muy conocida. Veremos.
Quiero terminar mencionando una de las retrospectivas que más me ha interesado en años. Cine japonés independiente de este siglo. Títulos que en algunos casos son difíciles de encontrar, y que se alejan de las selecciones habituales. La sección en gran parte culpable de que no haya podido llegar a todo. Snake of June de Tsukamoto, H Story de Nobuhiro Suwa, Love Exposure de Sion Sono, Bright Future de Kiyoshi Kurosawa… Vale la pena que miréis la lista y las consigáis donde podáis. Ojalá podamos verlas durante el año.