'Her' es machista

Ayer escribí mi crítica de Her, y la valoré bastante bien por diferentes aspectos. Ahora voy a hacer otra lectura. Una de las cosas que no me gusta de la película es que tiene un tono algo machista o, afinando más, resulta algo conservadora en algunas cuestiones de pareja. Y esto, más allá de lo malo que pueda ser en sí mismo, me parece especialmente negativo en una película ambientada en el futuro y que, en otros ámbitos sí ofrece una mentalidad más avanzada propia de una sociedad que está por llegar.

Empiezo por un ejemplo algo tonto pero muy claro. El videojuego que está diseñando el personaje de Amy Adams, tan moderna ella, acerca de ser una supermamá. Obviamente tiene un tono de parodia, es un juego cómico, pero aún así sigue resultando demasiado rancio, incluso como chiste. Responde a un esquema conservador y desfasado. Eso ya a día de hoy; para el futuro y para un personaje tan abierto como ese me resulta completamente inverosímil.

La forma en que termina la noche con el personaje de Olivia Wilde, me parece otro ejemplo de un punto de vista que como poco es "demasiado masculino". Un personaje algo tópico de la mujer que quiere a toda costa una relación como requisito para el sexo. Impropio de una mujer moderna de hoy, poco probable en la mujer del mañana. También es una mirada algo misógina la que se ofrece de la ex del protagonista, aunque esto se lo perdono más porque creo que responde a cierta espina que Spike Jonze necesitaba quitarse proyectándola en su obra. A veces un poco de rencor no viene mal. Un saludo a Sofia Coppola.

Pero sin duda, la joya de la corona está en el personaje que da título a la película, el de Scarlett Johansson. Es la chica ideal para el protagonista, así se nos presenta, pero habría que plantearse por qué lo es. Es absolutamente servicial, está pendiente de cada necesidad de su chico, para lo cual es organizada, completa de maravilla todas sus tareas, es atenta y está disponible en todo momento. Como quien dice, siempre está en casa y es cuando esta particularidad se pone en duda cuando las cosas empiezan a ir mal. Se preocupa de cada sentimiento de él, tratando de que su vida sea mejor y se cuida de molestarle con sus propias inquietudes hasta que él insiste en ello. En definitiva, es un sistema operativo completamente a su servicio que, al menos en el hilo de proceso que le corresponde a él, no plantea jamas su propia independencia. En ningún momento de la relación, pierde su condición sumisa, del objeto comprado que es, y esta particularidad no parece afectar a la historia de amor, al contrario, es un punto a favor.

La mujer perfecta, según parece.