En Puro vicio, a Paul Thomas Anderson, quizá el gran genio del cine norteamericano actual, las tramas y subtramas creadas por Thomas Pynchon le interesan lo justo. Están ahí, son mero vehículo para llevar a Doc Sportello, el particularísimo private eye que protagoniza la historia, de un escenario a otro, o más exactamente: de un personaje a otro.Todo en la película es un viaje. Para empezar, por que es un pormenorizado recorrido que se convierte...
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