Crítica de la película Melancolía por Romulo

A estas alturas no solo algunos de mis compañeros ya han dejado claro lo que esperan de lo nuevo de Lars Von Trier (caso de William Munny), si no que algún otro (caso de Sherlock) ya la ha visto, a su paso por Sitges. Así que quien también tenga vista la cinta y le apetezca entrar en opiniones comparativas, debates y demás, que se pase a leer su postcrítica.

Por mi parte, me planto ante la pantalla en blanco para dejar brevemente esbozado lo que espero de lo nuevo de Larsito y, tranquilamente, ya me explayaré (o no, ya veremos) en la postcrítica.

Tras el tour de force visual y misógino de Anticristo, tengo bastante claro que Von Trier va a seguir explorando una estética bastante similar, un mismo camino. Ya se le cruzará la neura, como tantas otras veces, y pegará un nuevo bandazo hacia nuevas exploraciones en próximos proyectos. De momento, ahí va a seguir. Y no me parece mal, porque lo de Anticristo, visualmente, era una fardada. Una demostración malsana de quien tiene ya un dominio absoluto del medio y del lenguaje con los que se expresa artísticamente. O ególatramente. Que también.

La cuestión es que, aquí, por la razón que sea (siempre personal, en el caso del Gran Danés...), espero un Von Trier complaciente donde en Anticristo encontrábamos un Von Trier provocador e incluso algo rabioso -dentro de su habitual frialdad y sempiterna actitud de superioridad-. No sé por qué, pero Lars será aquí más humano, o quizá no sea ese el adjetivo: ¿Más compasivo, más caritativo?

Quizá no esté acertando en mi vaticinio (si Sherlock lee esto quizá se esté frotando las manos imaginando mi sorpresa al encontrarme algo radicalmente distinto), pero en estas estoy y en estas iré al Cine. Luego, veremos.

Y sí, espero mucho de Kirsten Dunst ya que tanto le aplauden. Pero también del resto del reparto, que algunos de los nombres son de aúpa. Todos quieren a Lars. Menos Cannes (a ver cuánto les dura el mosqueo).